Cuando los equipos de rescatistas llegaron a Armero en busca de sobrevivientes, localizaron a Omayra Sánchez, una niña de 13 años que se encontraba atrapada entre el lodo y los restos de su propia casa, con el agua al cuello, encima de los cuerpos de sus familiares fallecidos. Los rescatistas, cuando intentaron ayudarla, comprobaron con espanto que para sacarla necesitaban amputarle las piernas.
En ese momento las cámaras de televisión comenzaron a registrar los denodados intentos de rescate para sacar a Omayra de la trampa mortal. Para sorpresa de los rescatistas y los periodistas que se encontraban en el lugar, la niña en ningún momento mostró signos de pánico, sino que una entereza a toda prueba. Además, hablaba con una tranquilidad sobrecogedora cada vez que alguien le preguntaba algo. “Estoy preocupada, hoy era el examen de matemáticas”, dijo en una oportunidad, agregando que “toco con los pies en el fondo la cabeza de mi tía”.
En ese momento las cámaras de televisión comenzaron a registrar los denodados intentos de rescate para sacar a Omayra de la trampa mortal. Para sorpresa de los rescatistas y los periodistas que se encontraban en el lugar, la niña en ningún momento mostró signos de pánico, sino que una entereza a toda prueba. Además, hablaba con una tranquilidad sobrecogedora cada vez que alguien le preguntaba algo. “Estoy preocupada, hoy era el examen de matemáticas”, dijo en una oportunidad, agregando que “toco con los pies en el fondo la cabeza de mi tía”.
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